Siempre hay una línea muy delgada entre ser algo y convertirse en todo lo contrario, lo cual no necesariamente es malo, pero puede enredar el proceso. Estando en un mundo tan amplio, lleno de gustos y disgustos sería difícil encasillas a todas nosotras mujeres en un sólo rango, pero intentando ser más común que corriente, hablaré por esa media que divagamos en contradicciones para que ustedes comiencen a entendernos, si no del todo... un poquito más.
El romanticismo está estigmatizado en patrones y estereotipos. Romeo bien podría ser cursi pero con Julieta han hecho suspirar a varias centurias. Todas las mujeres buscamos nuestro Romeo, ese hombre que sea capaz de hacernos volar en todos los sentidos, pero que a la hora de la verdad deje de ser ese ser "bonito" para convertirse en nuestro macho alfa... ¿complicado verdad? Pepe le Pu es un pobre personaje que sigue a su amada zorrillita hasta el fin del mundo y sin embargo dicha señorita huye de sus brazos a punto de vomitar. Entonces ¿cómo saber en dónde exactamente se encuentra esa línea delgada entre los suspiros y la melcocha?
Un Romeo siempre huele bien.
Señores las mujeres somos sensoriales, la vista, el tacto, el gusto, y todos los sentidos los llevamos al extremo cuando de un hombre se trata. Queremos que se vea bien, que al darle un beso sepa bien, que cuando nos abrace nos deje un poco de su olor impregnado en nuestra piel y que todo esto combinado nos derrita a la hora de hablarnos al oído.
Un Romeo lleva una sola flor.
Hace poco a una amiga le han llenado su casa de flores y con llenado me refiero a que no cabía una sola flor más, incluso la pobre para entrar a su casa tuvo que arruinar un arreglo que se interponía en su camino, el hombrecillo en cuestión todavía no estaba dentro de su corazón completamente y automáticamente se convirtió en Pepe le Pu, ¿por qué? porque la hizo sentir incómoda, la intimidó y le mostró el cobre; los hombres tienen la errada idea de conquistar con excentricidades y la verdad es que no hay nada más sexy que verlos llegar con una sola rosa, uno queda matado, es simple, elegante e insinuador... además una rosa siempre estará colocada en la mesa de noche, lo cual los tendrá presentes cada que vayamos a dormir y cada que despertemos.
Un Romeo tiene buena memoria
Las mujeres hablamos, hablamos, hablamos y hablamos, pero dentro de toda esa cascada de información van detalles importantes, por ejemplo: una mujer da tips al hombre, todas hacemos lo mismo: decimos cuál es la flor que nos gusta, la bebida que disfrutamos más, en fin, cientos de cositas que con una buena memoria pueden utilizar hábilmente para ver a su Julieta tendida entre sus sábanas.
Sin embargo esa línea delgada aparece nuevamente amenazándolos con convertirse en Pepe le Pu si no dejan alguito qué desear. Las mujeres somos seres extraños y si todavía no estamos enamoradas... podríamos empalagarnos. Cuando iniciamos una relación no podemos estar seguras de que lo tenemos absolutamente todo y desafortunadamente el hombre también tiene que ponerse difícil y jalar la rienda un poquito, no mucho, después de tanto atropello de perfección.
...¿y qué es jalar la rienda?
Pongamos un ejemplo... es el cumpleaños de la niña a la que le están cayendo, llevan mariachis, champaña, flores a su casa, desayunan juntos, se besan, pero un muuuuuy buen movimiento es irse, tienen algo que hacer, mucho trabajo, la dejan sola pensando y suspirando con cara de pastel. Instantáneamente ella va a llamar a su mejor amiga, luego a su segunda mejor amiga y así sucesivamente hasta que todas le digan "¡ay divino!" y ella se convenza de que sí, su hombrecito es "divino" y eso señores es lo que quieren ser.
Un Romeo maneja las situaciones
Un Romeo no es vulnerable, la vulnerabilidad puede venir una vez que Julieta ya está perdida por él; mientras, un Romeo no habla de sus defectos, ni de sus ex novias, ni de la última depresión por la que pasó. Pepe le Pu, en cambio, se querrá ver tierno y sensible contando el profundo amor que tuvo que superar, Pepe le Pu hablará de matrimonio en las primeras citas y hasta podría parecerle tierno decir "te amo". Sí señores, nos gustan los hombres sensibles... pero no las nenas. Un Romeo escoge el restaurante donde la llevará a comer y le sugiere algunos lugares para después tomar unos tragos, entonces ella decide. Un Romeo jamás le va a dejar pagar la cuenta (las finanzas se cuadran cuando ya tienen algún tipo de relación, mientras, conquistar a una mujer... cuesta), siempre la dejará en la puerta de su casa y las primeras veces que ella lo invite a pasar, podría ser un buen movimiento no hacerlo; aunque no lo crean a las mujeres también nos gusta que nos sorprendan y que un hombre no quiera enredarse en las sábanas en las primeras citas... es realmente sorprendente.
Un Romeo se balancea entre el tigre y el cordero
Digamos que ya tienen tendida a su Julieta, tal y como Dios la puso en este mundo, debajo de las sábanas. Señores, la media femenina somos tímidas, no nos gusta que nos vean desnudas desde el primer momento, así que un Romeo espectacular dejará la luz de la luna o un bombillo de luz indirecta, eso nos hace sentir más cómodas y puede desinhibirnos a la hora de la hora. Un Romeo siempre será sutil, pero no tanto, pues... ¡es sexo! y una buena manera de asegurar el encarrete de su Julieta, no es pidiéndole cosas extrañas (señores ni pensar en por detrás para la primera vez, no lo pidan, no lo insinúen, simplemente olvídenlo y el "blow job" digamos que es algo que la mujer decide si desea hacerlo sin necesidad que lo insinúen), entre más sencillo sea el primer polvo, menos riesgos se corren. Si intentan hacer posiciones extrañas por dárselas de sementales, pueden suceder cosas como: caídas, esguinces, calambres, que nada más interrumpen la acción y pueden crear incomodidad. Además esa primera vez con Romeo da una cantidad de información que nosotras desmenuzamos y con la cual les podemos chupar el alma ;)... ¡en serio! nada como acostarse con el Romeo en cuestión para definir claramente si sí o si mejor no. Lo primero que Romeo debe de buscar es embonar con Julieta, embonar en todos los sentidos, hacerla sentir cómoda en sus brazos... una vez logrado eso el resto llega como por arte de magia (pero sigo sin garantizar que vaya a acceder por detrás...). Ahora, Pepe le Pú podría entrar en acción si el "baby talk" hace de las suyas, si comienzan a decir "de quén shon eshash nalguitash tan monitas" mejor dicho, ahí no hay nada que hacer...
Cada quien encontrará su manera de ser Romeo, la idea no es seguir instrucciones al pie de la letra pero si comprender que cuánto más complicadas somos las mujeres, más sencillo es complacernos y con eso la línea delgada se mantiene fuera de cualquier peligro de ser cruzada.
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5 cosas que no hace Romeo en la primera cita
1. No contesta el celular incesablemente: mejor apáguenlo, su atención debe estar centrada en el momento.
2. No está mirándole las nalgas a cuanta mujer pasa: nos damos cuenta de cuando un hombre es mirón y eso... definitivamente los hace perder puntos.
3. No comete torpezas: Romeo tiene que estar al control de todo, por favor eviten tirar el vino, tropezarse con la silla, hablar con el peligro que un pedazo de comida vuele fuera de sus bocas.
4. No besa a su Julieta como la gran lengua de Rolling Stones: El primer beso debe ser sutil y no muy baboso, ya después se tocarán la campanilla si eso quieren.
5. No lleva a Julieta a un motel sin consultarle: es realmente patético encontrarse en la puerta de un motel sin saberlo y ver la cara de pseudo seductor del romeo en cuestión.

3 comentarios:
Estimada Anna Bolenna:
He leído tu columna en Excélsior, de hoy 14 de abril y, me permito felicitarte por tu estructura sintáctica y argumentativa, no así por tu total falta de información. Es una pena que, escribiendo para un medio nacional, te atrevas a afirmar que el RENAUT es sólo "un mensajito" y, peor, hablas como si en este país todavía alguien (excepto los borreguitos de siempre, como siempre) confiase en el gobierno, como si el gobierno no fuese el principal interesado en la cuestión de la delincuencia, para poder hacer y deshacer a su antojo mientras los ojos estpan puestos en otro lado. En realidad, la lucha, nuestra humilde lucha, no es por registrarse, ni por enviar mensajitos, ni siquiera por proporcionar los datos. La lucha es por honor, por una cuestión de principios, porque ya estamos hartos de que nos traten como niños recién nacidos, porque pisoteen las conquistas que se han ganado a lo largo de la historia a base de tanta sangre y fuego, porque ya estamos fastidiados de que el gobierno nos traiga siempre a base de engaños y de componendas perversas mientras ellos se sirven con la cuchara grande y sólo se acuerden del pueblo cuando tienen que sacar más dinero para seguir viviendo a costa de nosotros. Eso es lo que en realidad buscamos: buscamos libertad, buscamos tranquilidad, buscamos que ya nos dejen en paz, porque realmente ya nos estamos hartando. No un simple "mensajito". Gracias por tomarte el tiempo de leer esta humilde opinión, y quedo a tus más apreciables órdenes.
Sinceramente,
Fernando Fuerte S.
MOVIMIENTO DE USUARIOS CONTRA EL RENAUT
Nuestra exposición de motivos:
http://bit.ly/aX8kSl
creo que (no siendo mexicana) hay cosas en las que no concuerdo, porque creo que muchas veces en México las mujeres perpetúan el machismo a través del rito del cortejo (pero ese es otro tema) en la mayoría sí concuerdo, sobre todo porque en el d.f. abundan los pepe le pus (uno me llevo a conocer a su familia con la excusa de recoger un dvd), me hiciste reír y me gusta tu estilo para decir las cosas, abrazo
Hola Anna Bolenna:
Me ha parecido espectacular como escribes, vivó en Perú, en una realidad según parece muy parecida a la Mexicana, despues de muchos años de una relación, me demore un par de años en intentar comenzar otro romance.
Cuando describias a Pepe le pu sentia que me describias, ahora entiendo por que no funciono ja, ja, ja.
Por lo general no leo los blog ni de mis amigos, pero contigo me sentido descubierto como ante un espejo. Te deseo todo lo mejor en tu carrera y estare al tanto de tus novela para leerla.
Un abrazo Fraterno
Gabo B. C.
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